II. La juventud en Puerto Rico

II. La juventud en Puerto Rico

De acuerdo al censo de 1990, la quinta parte de la población puertorriqueña se compone de adolescentes.1 De los 3,522,033 habitantes de la Isla, 680,463 estaban entre las edades de 14 y 19 años. Dentro de ese grupo, la distribución por sexo era casi idéntica, con 340,588 varones y 339,875 hembras. Sin embargo, por razones que señalaremos más adelante, a partir de los 22 años el número varones declina, creando así un «déficit» de hombres adultos.

La juventud puertorriqueña tiende a establecer relaciones de pareja temprano en la vida. De acuerdo al Censo, el 24.3% de las personas entre 14 y 19 años estaban casadas, convivían consensualmente, habían enviudado o se habían divorciado. Del mismo modo, el Departamento de Salud informa que el 48.7% de las personas que contrajeron matrimonio en el año 1990 estaban entre 15 y 24 años. Esto explica por qué las madres del 50.7% de los 66,552 niños nacidos en 1990 tenían 24 años o menos.

Volviendo al censo, sólo el 55.3% de las personas entre 14 y 19 años estaban matriculadas en algún programa de enseñanza. Es decir, más del 40% de la población puertorriqueña menor de 19 años no está estudiando. Del mismo modo, se estima que la tasa de desempleo entre la juventud es alarmante. El 31% del grupo trabajador entre 16 y 24 años no tiene empleo. La situación en la categoría entre 20 y 24 años no es mucho mejor, ya que la tasa de desempleo llega a 28.6%. El problema real puede ser aún mayor, pues las tasas oficiales de desempleo excluyen a las personas que no están buscando trabajo activamente.

Entre las personas jóvenes que no estudian ni trabajan, están aquellas que se encuentran recluidas en instituciones correccionales. Se estima que poco más del 11% de la población penal tiene menos de 21 años. Casi todos estos confinados son varones. Esto nos lleva a considerar la conexión entre juventud y criminalidad en Puerto Rico. La mayor parte de los criminales puertorriqueños son hombres entre los 13 y los 25 años de edad.2

•     El 96% usa substancias controladas.

•     El 95% proviene de comunidades violentas, casi siempre de complejos de vivienda pública en zonas urbanas.

•     El 82% son hijos de padres divorciados o fueron abandonados por el padre en la niñez.

•     El 60% no terminó la escuela superior.

•     El 55% proviene de familias pobres que dependen de la asistencia pública.

•     El 46% tiene a la madre como jefa de familia y única figura de autoridad.

•     El 37% consume regularmente más de una droga (casi siempre marihuana y cocaína).

•     El 32% fue víctima de violencia doméstica.

El crimen en Puerto Rico está estrechamente ligado al uso de substancias controladas. Se cree que el 94% de los delitos violentos cometidos por jóvenes está ligado al tráfico ilegal de drogas.

La criminalidad también afecta la salud de la juventud puertorriqueña.3 Los problemas de salud que más afectan a nuestra juventud son provocados por el uso de drogas y alcohol y el sexo pre-matrimonial.

•     La tasa de adolescentes embarazadas ha aumentado de 17.1% en 1986 a 18.9% en 1992. La mayor parte de las madres adolescentes viven en las zonas rurales de la Isla. En el 1988, una de cada tres madres adolescentes ya tenía otro bebé en su casa.

•     Se estima que el 8.5% de la población estudiantil ha utilizado alguna substancia controlada. Muchos comienzan a experimentar con drogas en la escuela intermedia. La mayor parte de los adictos no estudian ni trabajan, recurriendo al crimen para cubrir sus vicios. Las substancias controladas más comunes en Puerto Rico son la marihuana, las anfetaminas («speed»), la cocaína en polvo, y el «crack» (cocaína en piedra).

•     No obstante, las «drogas» preferidas de la juventud puertorriqueña no son substancias controladas sino el alcohol y la nicotina. Se estima que el 58.1% de la población estudiantil puertorriqueña ingiere bebidas alcohólicas regularmente y que el 25.5% fuma. En los últimos años se ha registrado un aumento en el número de personas adolescentes que abusa del alcohol. Este aumento es más evidente entre las mujeres adolescentes.

Termino estos apuntes sobre la juventud en Puerto Rico con las estadísticas más alarmantes que encontramos: las principales causas de mortalidad entre la juventud puertorriqueña. La causa principal de muerte entre nuestros adolescentes es el homicidio. Le siguen los accidentes de tránsito, los tumores malignos, los suicidios y las enfermedades del corazón. Como ven, tres de estas «causas»—el homicidio, los accidentes de tránsito, y el suicidio—son prevenibles. Si consideramos la población entre 20 y 24 años, el cuadro es aun peor. En este grupo el homicidio continúa a la cabeza, seguido por los accidentes, el SIDA, los suicidios y los tumores. En el caso de las mujeres adolescentes, la causa principal de mortalidad es el SIDA, seguida por el homicidio.

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1 En esta sección dependemos de Norma Rodríguez Guzmán, «Los jóvenes en Puerto Rico: ¿Quiénes son y qué hacen?» Centro de Estudios Puertorriqueños 5:1 (Invierno 1992–1993): 81–90.

2 Ingrid Ortega Borges, «Hijos del caos social» El Nuevo Día, 3 de junio de 1996, p. 5.

3 En esta sección dependemos de Norma Rodríguez Guzmán, «Los jóvenes en Puerto Rico: Condición de salud física» Centro de Estudios Puertorriqueños 5:2 (Invierno 1992–1993):65–81.

[1]Jiménez, Pablo A.: Introducción a Los Ministerios Juveniles. Decatur, GA : Libros AETH, 1997, S. 34

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